Vida Silvestre

Peces

Los peces presentes en el Macrosistema Iberá se caracterizan por ser de linaje paranoplatense.

Desde el punto de vista ictiográfico, este ecosistema se encuentra formando parte de la Subregión Brasílica, que comprende el norte y centro de la Argentina (Ringuelet, 1975).

A nivel taxonómico comparte esencialmente los mismos rasgos de la fauna íctica que puebla el río Paraná y su valle de inundación.

Una visión general de la icitofauna de los esteros del Iberá fue desarrollada por primera vez por Bonetto et al. (1981). Posteriormente, datos de diversos autores fueron sumando nuevos aportes en cuanto a la riqueza de especies ícticas. En los últimos años, se efectuaron muestreos intensivos (Almirón et al., 2003) y se analizaron las relaciones entre las comunidades de peces y los factores ambientales, como así también sobre la organización funcional de la fauna íctica del Macrositema Iberá (Bechara et al., 2003, Ruiz Díaz et al., 2002).

Hasta la actualidad se han registrado en Iberá un total de 125 especies de peces, riqueza que representa el 30% de las especies citadas para la Argentina. Estas se encuentran comprendidas en 10 órdenes: Myliobatiformes (1 sp.), Clupeiformes (2 spp.), Characiformes (67 spp.), Siluriformes (31 spp.), Gymnotiformes (4 spp.), Cyprinodontiformes (6 spp.), Synbranchiformes (1 sp.), Atheriniformes (1 sp.), Perciformes (11 spp.) y Lepidosireniformes (1 sp.) (Almirón et al., 2003).

Los principales rasgos estructurales de la fauna íctica son compartidos por aquella de las cuencas del triángulo noroeste de la provincia de Corrientes (lagunas asociadas al Riachuelo) y la cuenca del río Santa Lucía (Bonetto et al., 1978; Baldo et al., 1993).

El grupo funcional más diverso y más representativo del Iberá son los micromesoanimalívoros, aunque con una tendencia a disminuir su importancia relativa en zonas de aguas corrientes hacia el sureste. Los peces de este grupo, especies de pequeño y mediano tamaño, disponen de condiciones muy favorables para sobrevivir y diversificarse en los ambientes leníticos del humedal. Iberá sustenta una abundancia y diversidad elevada del alimento que consume este grupo, correspondiente a invertebrados que habitan principalmente las zonas vegetadas (Poi de Neiff, 1992), y en menor medida a aquellos que ocupan los fondos de los cuerpos de agua (Bechara y Varela, 1990). Además, la abundancia de plantas acuáticas en este sistema (Neiff, 1997) ofrece un refugio importante para el escape de los depredadores (Petr, 2000).

Por otro lado, se detecta un aumento gradual de los detritívoros, herbívoros y grandes ictiófagos en sentido noreste suroeste, hecho relacionado con la conectividad que ofrece el río Corriente con los ambientes del Paraná.

En relación a la composición de la ictiofauna, en Iberá se diferencian dos zonas ícticas: una Occidental y otra Oriental, separadas por una línea imaginaria que se inicia en el río Corriente y se dirige hacia el norte pasando entre las Lagunas Trin y Fernández, para finalizar en la laguna Paraná. Ambas comparten un grupo "base" de especies constituido, en al menos un 50 %, por Characiformes, entre los que se destacan las mojarras (Characidium rachovii, Characidium cf. zebra, Aphylocharax anisitsi, Astyanax asuncionensis, Hemigrammus mahnerti), la banderita (Hyphessobrycon eques, Moenkhausia intermedia, Serrapinnus kriegi, Serrapinnus calliurus), la piraña (Serrasalmus spilopleura), la tararira (Hoplias malabaricus y Pyrrhulina australis). También aparecen Cíclidos como Apistogramma borellii, A. commbrae, Cichlasoma dimerus y el boca amarga (Crenicichla lepidota), y representantes de otros órdenes como el banderita Eigenmannia virescens (Gymnotiformes) y Rivulus punctatus (Cyprinodontiformes) (Almirón et al, 2003).

En el sector Oriental, además de la ictiofauna base, aparecen Silurifomes que prefieren ambientes de aguas quietas y/o con adaptaciones a ambientes con bajas concentraciones de oxígeno como bagres, tachuelas y viejas de agua de los géneros Loricariichthys, Rineloricaria, Corydoras, Callichthys, Lepthoplosternum, Hoplosternum y Rhamdia.

El sector Occidental está influenciado por el río Corriente y su característica principal es la presencia de especies migratorias como el sábalo (Prochilodus lineatus), el dorado (Salminus maxillosus), la boga (Leporinus obtusidens) y la lisa (Schizodon borelli); como así también de especies reófilas como el chucho de río (Potamotrygon cf. motoro, Engraulisoma taeniatum), el bagre amarillo (Pimelodus maculatus, Microglanis parahybae), el armado (Anadoras cf. Insculptus) y el armado chancho (Oxydoras kneri).

La mayoría de las especies cumplen todas las etapas de su ciclo biológico en el sistema, desplazándose entre los diferentes hábitats en busca de áreas de desove y cría, así como de zonas de crecimiento y refugio.

Cabe mencionar que en el sector Este de la laguna Iberá aparecen peces reófilos como la mandufia (Platanichthys platana), la piraña (Pygocentrus nattereri), (Homodiatus anisitsi) y el pez bombilla (Rhamphichthys hahni), a pesar de no existir conexión con ambientes de aguas corrientes. Estas especies podrían ser un relicto del antiguo paso del río Paraná o provenir de inundaciones que permiten una conexión entre las nacientes del río Miriñay y la laguna Iberá.

También se encuentran peces raros en Argentina como: la sardinita (Engraulisoma taeniatum), la mojarra lomo verde (Diapoma terofali), la vieja del agua (Loricarrichthys melanocheilus), el pirá tatú (Hypostomus commersoni), el armado (Anadoras cf. Insculptus) yel pez bombilla (Rhamphichtys hahni y Sternopigus macrurus). También existe una amplia gama de peces de valor estético para acuarismo y otros de valor deportivo y recreativo.